[...]La marcha de este jueves será histórica, no por sus magnitudes, sino por lo que desencadene en el seno popular, con asambleas populares, brigadas de información, boicots, autodefensas populares, etc., que no sólo generen la derogación del decreto, sino la misma renuncia de Calderón. Si en tiempos de paz la unidad de la lucha y el movimiento social parecía una buena intención, hoy se vuelve la única salida ante una inminente etapa de fascismo (represión de toda oposición) y la única vía para construir un verdadero cambio político y económico.
A partir de ahora, la dinámica política y económica del país, dependerá de la victoria o derrota del pueblo y del SME, ante el Neoliberalismo y la Violencia que representa Calderón[...]
¡No al decreto de extinción de Luz y Fuerza!
Por el derecho y la justicia del trabajador
viernes, 16 de octubre de 2009
CHEQUEN ÉSTO: Presidencia se protege de posible apagón con plantas de luz con logotipo de LFC
(SE LOS TRANSCRIBO PARA CONTRIBUIR A DISMINUIR LA DESINFORMACIÓN PROMOVIDA POR LA MAYORÍA DE LOS MEDIOS Y COMO MUESTRA DE ESE DOBLE DISCURSO COCHINO CON EL QUE EL GOBIERNO FEDERAL PRETENDE BURLARSE DE TODOS NOSOTROS.Saludos, Iliana).
Calderón cancela participación en actos públicos; refuerzan la seguridad en Los Pinos
En la parte posterior de la arboleda se observan camiones con plantas de emergencia, los cuales tienen pintado el logotipo de Luz y Fuerza del Centro. FOTO: Claudia Herrera
POR: Claudia Herrera Beltrán
Con plantas de emergencia que lucían el logotipo de la extinta Luz y Fuerza del Centro (LFC), la Presidencia de la República se protegió de un posible apagón.
En la residencia oficial de Los Pinos ayer se encontraban estacionados tres camiones blancos con los logotipos pintados de la empresa paraestatal (el círculo verde y rojo, así como las letras LyF), de los que ya desapareció cualquier referencia en la página de la compañía en Internet.
Un vehículo tenía el distintivo "Cables Bolívar Operación" y el otro "Planta de emergencia".
Hace tres días, trabajadores del área Cables Bolívar del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) denunciaron que efectivos de seguridad ofrecían dinero a los ingenieros por ir a operar algunas unidades que tienen problemas de suministro, como Coapa y Taxqueña.
Los tres vehículos que fueron vistos por este diario se encontraban estacionados en la zona arbolada contigua a la plaza Madero, ubicada a unos metros de la avenida Parque Lira y la calzada Molino del Rey.
Actualmente, el Servicio de Administración y Enajenación de Bienes es el responsable de disponer de los bienes de LFC, según el decreto emitido el 11 de octubre pasado.
Al igual que la semana pasada, el presidente Felipe Calderón canceló su participación en actos públicos y desahogó una agenda de actividades privadas para evitar que la movilización del SME le provocara algún contratiempo.
En la casa presidencial recibió a Isabel Miranda de Wallace, de la organización Alto al Secuestro; a Ana Franco de Wattnem, presidenta de México Unido contra la Delincuencia, y a Orlando Camacho, de SOS, quienes le entregaron las conclusiones del foro Víctimas del secuestro: es hora de escuchar, celebrado el 30 de septiembre.
La Presidencia informó anoche en un comunicado que víctimas de secuestro y familiares de éstas pidieron a Calderón y a su esposa, Margarita Zavala, que haya mayor coordinación entre sociedad y autoridades, además de su apoyo para que haga llegar ese documento a las cámaras del Congreso y al Poder Judicial.
Antes de la marcha convocada por el SME, el mandatario federal también se reunió con integrantes del gabinete de seguridad, entre ellos el secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván, y el director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional, Guillermo Valdés, así como con la titular de Energía, Georgina Kessel.
El Estado Mayor Presidencial volvió a cercar la casa presidencial con más vallas y despliegue de elementos, pese a que Los Pinos no se encontraba en la ruta de la marcha que realizaron los trabajadores del SME en protesta por la liquidación de la empresa.
Los jardines del bosque de Chapultepec contiguos a Los Pinos fueron cerrados con más vallas y con un nuevo muro de barreras metálicas de más de dos metros de altura.
En Molino del Rey y en la avenida Constituyentes, los militares colocaron cientos de cercos metálicos para impedir el paso de personas que no portaran credencial de las oficinas presidenciales.
SE INSTALA HOY MESA DE DIÁLOGO ENTRE GOBIERNO Y ELECTRICISTAS
POR: Iliana Hernández.
FOTO:Cristina Rodríguez.
Luego de la marcha sin precedentes del día de ayer en la Cd. de México, SEGOB dijo que hoy quedará instalada una mesa de diálogo con el Sindicato Mexicano de Electricistas, se dijo que las pláticas tendrán el propósito "de explorar alternativas de reinserción laboral y productiva y velar por el estricto cumplimiento de los derechos de los trabajadores"...
Yo sólo espero que tal movimiento no sea puro choro, ¿qué podríamos esperar luego de que el mismo gobierno fingió estar en pláticas con el SME y dos días después perpetró su "sabadazo" y horas antes repartía concesiones para el manejo del asunto de la fibra óptica a varias empresas? ¿Qué hay que negociar si se trata de un acto ILEGAL?
A diferencia de la marcha en sí, la instalación de la mesa de diálogo me resulta poco alentadora para la causa de los trabajdores de LyF, pues al mismo tiempo que ésto se anuncia, el mismo Secretario de Gobernación Gómez Mont se presenta ante (OJO CON ELLOS)concesionarios de radio y televisión para prometerles que no habrá marcha atrás en la decisión de liquidar Luz y Fuerza del Centro y ellos a su vez aclaman acciones de gobierno y casi de inmediato piden agilizar la ratificación de concesiones. De modo tal que el doble discurso continúa.
Coincido totalmente con las opiniones que plantean que la marcha de ayer marcó precedente, pero que las movilizaciones sociales no deben de ningún modo detenerse en este punto, pues de otro modo la "mesa de negociación" servirá únicamente para agregar una que otra limosna extra a las liquidaciones de los trabajadores y para que el asunto en su totalidad se convierta en otro "San Andrés", vergonzoso, y sin solución real.
El apoyo a los trabajadores de LyF debe permanecer patente, ayer se sintió (y fue conmovedor), esperemos que continúe pues será crucial en ésta lucha que al fin y al cabo es por que las filas de la nueva clase social de extremadamente pobres que FeCal y su gabinete han creado deje de engrosarse.
López Obrador y miles más no pudieron llegar al Zócalo Cuando el mitin terminó, un río de gente seguía en Juárez
Repudio popular a Calderón, Lozano, locutores y comentaristas de tv
Por Jaime Avilés. Publicado en Diario La Jornada 16 Octubre, 2009
Tal vez la siguiente cronología ayude a calcular cuánta gente asistió ayer a la marcha contra la "extinción" de Luz y Fuerza del Centro (LFC). A las 16:25, Andrés Manuel López Obrador empezó a caminar en el centro de una hilera de dirigentes del Frente Amplio Progresista y funcionarios del "gobierno legítimo", delante de la Diana Cazadora.
A las 16:28, se detuvo después de avanzar 30 metros hacia la glorieta del Ángel de la Independencia. Allí permaneció durante una larga y asoleada hora, mientras el camioncito-plataforma-escenario que el movimiento usa en las concentraciones chicas era ocupado, unos metros más adelante, por Jesusa Rodríguez y Jorge Arvizu, El Tata, que leían en voz alta los mensajes de las cartulinas que proliferaban por doquier.
A las 17:25, la avanzada del Movimiento Nacional en Defensa de la Economía Popular y el camioncito lograron avanzar hasta el Ángel, pero no fue sino hasta las 18 horas cuando consiguieron dejarla atrás. En ese momento, para entretener al gentío que empezaba a impacientarse, El Tata leyó un comunicado de las Jóvenes Mujeres Feministas "en contra de los hombres de las muchas C", es decir, agregó, "los que comen, cogen, cagan, y son cabrones, cínicos, católicos, cómicos y culeros", para en seguida "saludar a los que prefieren luchar y ser libres".
A las 18 horas, avanzada y camioncito pasaron frente a la embajada de Estados Unidos. Detrás de López Obrador venían contingentes del "gobierno legítimo" en Iztapalapa, Tláhuac, Coyoacán, las redes universitarias –que gritaban "SME, UNAM, unidos vencerán"–, y más de Iztapalapa, con mantas de apoyo a los electricistas y a Clara Brugada.
Al final de la columna venían por último los barrenderos del Gobierno del Distrito Federal, con lo cual López Obrador cumplió su promesa de no participar en la dirección del movimiento en defensa de Luz y Fuerza del Centro, sino que se colocó literalmente a la retaguardia.
Como de costumbre, sin embargo, la gente se arremolinaba para estrecharle la mano y él recorría el cuadrilátero formado por cuerdas y hombres para darle un espacio de maniobra dentro de la multitud y se acercaba a conversar con sus simpatizantes. Pero sólo unos metros más adelante del camioncito-escenario, comenzaba la marea roja de los sindicalistas y sus cartulinas, mantas y mensajes de repudio absoluto a quienes decretaron la desaparición de la empresa pública más antigua del país.
"Gracias por convertirme de ingeniero en taquero"
Un hombre desfilaba con amargura ostentando un chaleco que agradecía a Felipe Calderón por haberlo convertido "de ingeniero en taquero". En la misma temática, un joven paseaba una cartulina con una caricatura elemental del secretario de Hacienda y estas palabras: "Para acabar con el hambre del pueblo hay que hacer carnitas a Carstens".
Muchos más jugaban con la palabra liquidación y pedían que ésta se aplicara al gobierno federal, al gabinete de Calderón, al secretario del Trabajo, Javier Lozano, y a los locutores y comentaristas de noticias políticas en radio y televisión.
Como un estribillo, en todas partes de la columna se repetía el viejo eslogan de "aquí se ve la fuerza del SME", pero al final de la marcha, dentro de la angosta calle Madero, diversos contingentes coreaban: "Es un honor luchar con el SME", y los electricistas respondían, puño en alto: "¡No paguen luz, no paguen luz!", consigna que exhortaban a popularizar por todos los rumbos de la ciudad de México.
"No pagues la luz, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) no puede cortarte el servicio", y ese tema se volvió material de todas las conversaciones cuando, a las 18:50, la columna de López Obrador pasó ante las oficinas de la CFE, más allá del cruce de Reforma e Insurgentes, y miles de voces la saludaron gritando: "Comisión Federal no sabe operar".
¿Cuánta gente estaba participando cuando, a las 19:40, el contingente encabezado por López Obrador llegó a la glorieta de Colón, y delante de él había miles y miles de personas que continuaban caminando sobre Reforma, pero que al llegar a la avenida Juárez se dividían para usar la paralela calle de Ayuntamiento? Y poco más adelante, en el cruce de Reforma y Bucareli, la marcha volvió a paralizarse por enésima vez. Entonces, por los teléfonos celulares, los acompañantes del ex candidato presidencial supieron que en el Zócalo se estaba cantando el Himno Nacional, que marcaba el final de la marcha, y Jesusa propuso que allí en donde estaban se procediera a hacer lo mismo.
A las 20:35, sin haber logrado llegar siquiera a la avenida Juárez, López Obrador ofreció una improvisada conferencia de prensa y dio por terminada su intervención en una marcha que, según todas las evidencias disponibles, marcó el inicio de un nuevo movimiento y logró combinar la participación de obreros, estudiantes, artistas, profesionales, desempleados y ancianos, con la presencia mayoritaria, alegre y combativa de los jóvenes.
Megamarcha del SME rebasa toda previsión
Por:Patricia Muñoz, Gustavo Castillo y Fabiola Martínez
Publicado en Diario la Jornada (Versión impresa)Viernes 16 de octubre 2009
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) realizó ayer una de las mayores movilizaciones de su historia. Decenas de miles desbordaron el Zócalo y con camisetas rojas de muchas batallas extendieron su presencia por todo 5 de Mayo, Madero, Juárez y Reforma hasta la Diana, en defensa de su fuente de empleo. Su marcha abrió una posibilidad, pues el gobierno federal aceptó sentarse a partir de hoy a dialogar con este gremio, según les mandó decir el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
En respuesta, los electricistas acordaron solicitar a Ebrard Casaubon que funja como mediador en el conflicto.
La movilización, a la cual asistió Andrés Manuel López Obrador, rebasó todas las expectativas y pudo haber llenado cuatro veces el Zócalo. Los organizadores estimaron que hubo más de 300 mil personas. Según cálculos de las secretarías de Seguridad Pública federal y capitalina, el contingente fue de más de 150 mil asistentes.
El SME aglutinó ayer a sindicalistas, profesores, campesinos, estudiantes, amas de casa, organizaciones sociales, políticas, intelectuales y legisladores; estos últimos propusieron una "huelga general de pagos de luz en el centro del país, porque al extinguirse Luz y Fuerza del Centro (LFC) ya no hay a quién pagarle".
El bullicio de los trabajadores se inició desde las 2 de la mañana, cuando empezaron a llegar miles de personas procedentes de Oaxaca, Puebla, Morelos e Hidalgo para apoyar a los electricistas. La marcha partió de la glorieta de La Palma al filo de las 16 horas, y los manifestantes inundaron Reforma hacia el centro de la ciudad.
Enojados y dolidos por la extinción de su empresa, la mayoría de los electricistas llegó con su familia; vestían camisetas rojas, símbolo de este sindicato, y portaron pancartas contra el Presidente.
"Calderón ¿puedes dormir?, nosotros no, dejaron a mi papá sin trabajo". "Felipe, ¿ya saben tus hijos cuántos niños dejaste sin comer?". "Felipe: presidente del desempleo". "Calderón, entraste en la noche como vil ladrón y nos dejaste sin comer". "No nos mata la influenza, nos mata Calderón", decían algunas de las miles de cartulinas que acompañaron la movilización, que fue tan extensa que cuando la vanguardia había llegado al Zócalo, el último contingente aún no salía de la Diana.
Martín Esparza, líder del SME, encabezó la marcha acompañado, entre otros, por Rosario Ibarra, Porfirio Muñoz Ledo, Graco Ramírez, Benito Bahena, Jesús Martín del Campo y Jaime Cárdenas, quienes avanzaron entre consignas como "si no hay solución habrá revolución" y "decreto popular: renuncia Calderón".
Desde el inicio, la movilización fue vigilada por cientos de granaderos y policías capitalinos a pie. Por aire, la SSP federal desplegó tres helicópteros; supuestamente dos sirvieron para que algunos fotógrafos hicieran tomas aéreas, y en el otro observara todo el tiempo el coordinador de las fuerzas federales, Rafael Avilés Avilés.
Al filo de las seis de la tarde la vanguardia llegó al Zócalo; al paso del contingente se fueron sumando decenas y decenas de manifestantes, entre ellos estudiantes de la UNAM, Chapingo, UAM y Bachilleres; trabajadores del INAH, de la Secretaría de Energía, mineros, pilotos, sobrecargos, integrantes de IMSS, Sutin, Colegio de Posgraduados; Sindicato Democrático del Metro y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
Los electricistas recibieron el respaldo de la gente que desde las banquetas aplaudía o les gritaba "no están solos".
A su llegada, en la Plaza de la Constitución se extendió la consigna "¡Aquí se ve la fuerza del SME!", coreada por miles de gargantas. En ese ambiente, los oradores plantearon "paro nacional y referendo que determine si el presidente Felipe Calderón continúa en el cargo".
En el mitin, dirigentes de tranviarios, de la CNTE, del STUNAM y de la UNT plantearon la posibilidad de una huelga "por solidaridad"; señalaron que este gobierno está orillando a una revolución social; comprometieron ante los trabajadores electricistas apoyo con movilización y recursos para sostener su lucha, y solicitaron que en próximas elecciones la población no otorgue "ni un voto al PAN".
Porfirio Muñoz Ledo señaló que "la torpeza del gobierno ha hecho que los trabajadores regresen al centro de la lucha nacional, y lo que se hizo al SME fue un golpe de Estado a los trabajadores". El legislador planteó la huelga general de pagos.
Claudia Sheinbaum, representante del "gobierno legítimo", señaló que si todos los altos mandos de este gobierno se bajaran 50 por ciento su salario, saldrían los 42 mil millones de pesos que se requieren para que siga operando LFC.
Eran las siete de la noche. Habían pasado casi ocho discursos y la retaguardia del contingente seguía en el cruce de Insurgentes y Reforma. En ese momento llegó al templete la noticia de que el gobierno federal estaba dispuesto a "sentarse a dialogar con el SME", Martín Esparza tenía la palabra; sus seguidores le gritaban "¡duro, duro!". Rosario Ibarra sonreía y la acompañaban intelectuales como Paco Ignacio Taibo II.
"No pararemos hasta que nos regresen nuestro empleo, nuestro contrato colectivo y nuestra dignidad como obreros, porque la mayor parte de los trabajadores han entregado décadas de su vida a trabajar por su empresa, Luz y Fuerza del Centro, y nos sacaron una noche por la fuerza con miembros de la Policía Federal, como si fuéramos delincuentes; pensaron que nos iban a dividir, pero aquí nos tienen y vamos con todo". En ese momento, madres y esposas de trabajadores ingresaban al Zócalo con velas encendidas.
Esparza pidió a todos que votaran si el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, debería mediar en el conflicto, y los trabajadores a mano alzada aprobaron la propuesta de su dirigente. También votaron porque este movimiento sea el arranque de la conformación de un "gran frente por los derechos de los trabajadores" y el inicio de una "movilización social conjunta contra la política económica de este gobierno".
El mitin terminó y los trabajadores seguían ahí, no querían que su movilización concluyera, esperaban la llegada de López Obrador y los organizadores tuvieron que explicar que el acuerdo con el dirigente social fue que sólo acompañaría la marcha y no sería orador.
Eran más de las 20:30 cuando los trabajadores se quitaron la gorra y con el puño izquierdo en alto entonaron el Himno Nacional. Los contingentes seguían llegando por 5 de Mayo y Madero, la retaguardia aún estaba en el cruce de Reforma y Juárez, Palacio Nacional los seguía esperando totalmente iluminado.
Publicado en Diario la Jornada (Versión impresa)Viernes 16 de octubre 2009
El Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) realizó ayer una de las mayores movilizaciones de su historia. Decenas de miles desbordaron el Zócalo y con camisetas rojas de muchas batallas extendieron su presencia por todo 5 de Mayo, Madero, Juárez y Reforma hasta la Diana, en defensa de su fuente de empleo. Su marcha abrió una posibilidad, pues el gobierno federal aceptó sentarse a partir de hoy a dialogar con este gremio, según les mandó decir el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard.
En respuesta, los electricistas acordaron solicitar a Ebrard Casaubon que funja como mediador en el conflicto.
La movilización, a la cual asistió Andrés Manuel López Obrador, rebasó todas las expectativas y pudo haber llenado cuatro veces el Zócalo. Los organizadores estimaron que hubo más de 300 mil personas. Según cálculos de las secretarías de Seguridad Pública federal y capitalina, el contingente fue de más de 150 mil asistentes.
El SME aglutinó ayer a sindicalistas, profesores, campesinos, estudiantes, amas de casa, organizaciones sociales, políticas, intelectuales y legisladores; estos últimos propusieron una "huelga general de pagos de luz en el centro del país, porque al extinguirse Luz y Fuerza del Centro (LFC) ya no hay a quién pagarle".
El bullicio de los trabajadores se inició desde las 2 de la mañana, cuando empezaron a llegar miles de personas procedentes de Oaxaca, Puebla, Morelos e Hidalgo para apoyar a los electricistas. La marcha partió de la glorieta de La Palma al filo de las 16 horas, y los manifestantes inundaron Reforma hacia el centro de la ciudad.
Enojados y dolidos por la extinción de su empresa, la mayoría de los electricistas llegó con su familia; vestían camisetas rojas, símbolo de este sindicato, y portaron pancartas contra el Presidente.
"Calderón ¿puedes dormir?, nosotros no, dejaron a mi papá sin trabajo". "Felipe, ¿ya saben tus hijos cuántos niños dejaste sin comer?". "Felipe: presidente del desempleo". "Calderón, entraste en la noche como vil ladrón y nos dejaste sin comer". "No nos mata la influenza, nos mata Calderón", decían algunas de las miles de cartulinas que acompañaron la movilización, que fue tan extensa que cuando la vanguardia había llegado al Zócalo, el último contingente aún no salía de la Diana.
Martín Esparza, líder del SME, encabezó la marcha acompañado, entre otros, por Rosario Ibarra, Porfirio Muñoz Ledo, Graco Ramírez, Benito Bahena, Jesús Martín del Campo y Jaime Cárdenas, quienes avanzaron entre consignas como "si no hay solución habrá revolución" y "decreto popular: renuncia Calderón".
Desde el inicio, la movilización fue vigilada por cientos de granaderos y policías capitalinos a pie. Por aire, la SSP federal desplegó tres helicópteros; supuestamente dos sirvieron para que algunos fotógrafos hicieran tomas aéreas, y en el otro observara todo el tiempo el coordinador de las fuerzas federales, Rafael Avilés Avilés.
Al filo de las seis de la tarde la vanguardia llegó al Zócalo; al paso del contingente se fueron sumando decenas y decenas de manifestantes, entre ellos estudiantes de la UNAM, Chapingo, UAM y Bachilleres; trabajadores del INAH, de la Secretaría de Energía, mineros, pilotos, sobrecargos, integrantes de IMSS, Sutin, Colegio de Posgraduados; Sindicato Democrático del Metro y del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra.
Los electricistas recibieron el respaldo de la gente que desde las banquetas aplaudía o les gritaba "no están solos".
A su llegada, en la Plaza de la Constitución se extendió la consigna "¡Aquí se ve la fuerza del SME!", coreada por miles de gargantas. En ese ambiente, los oradores plantearon "paro nacional y referendo que determine si el presidente Felipe Calderón continúa en el cargo".
En el mitin, dirigentes de tranviarios, de la CNTE, del STUNAM y de la UNT plantearon la posibilidad de una huelga "por solidaridad"; señalaron que este gobierno está orillando a una revolución social; comprometieron ante los trabajadores electricistas apoyo con movilización y recursos para sostener su lucha, y solicitaron que en próximas elecciones la población no otorgue "ni un voto al PAN".
Porfirio Muñoz Ledo señaló que "la torpeza del gobierno ha hecho que los trabajadores regresen al centro de la lucha nacional, y lo que se hizo al SME fue un golpe de Estado a los trabajadores". El legislador planteó la huelga general de pagos.
Claudia Sheinbaum, representante del "gobierno legítimo", señaló que si todos los altos mandos de este gobierno se bajaran 50 por ciento su salario, saldrían los 42 mil millones de pesos que se requieren para que siga operando LFC.
Eran las siete de la noche. Habían pasado casi ocho discursos y la retaguardia del contingente seguía en el cruce de Insurgentes y Reforma. En ese momento llegó al templete la noticia de que el gobierno federal estaba dispuesto a "sentarse a dialogar con el SME", Martín Esparza tenía la palabra; sus seguidores le gritaban "¡duro, duro!". Rosario Ibarra sonreía y la acompañaban intelectuales como Paco Ignacio Taibo II.
"No pararemos hasta que nos regresen nuestro empleo, nuestro contrato colectivo y nuestra dignidad como obreros, porque la mayor parte de los trabajadores han entregado décadas de su vida a trabajar por su empresa, Luz y Fuerza del Centro, y nos sacaron una noche por la fuerza con miembros de la Policía Federal, como si fuéramos delincuentes; pensaron que nos iban a dividir, pero aquí nos tienen y vamos con todo". En ese momento, madres y esposas de trabajadores ingresaban al Zócalo con velas encendidas.
Esparza pidió a todos que votaran si el jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, debería mediar en el conflicto, y los trabajadores a mano alzada aprobaron la propuesta de su dirigente. También votaron porque este movimiento sea el arranque de la conformación de un "gran frente por los derechos de los trabajadores" y el inicio de una "movilización social conjunta contra la política económica de este gobierno".
El mitin terminó y los trabajadores seguían ahí, no querían que su movilización concluyera, esperaban la llegada de López Obrador y los organizadores tuvieron que explicar que el acuerdo con el dirigente social fue que sólo acompañaría la marcha y no sería orador.
Eran más de las 20:30 cuando los trabajadores se quitaron la gorra y con el puño izquierdo en alto entonaron el Himno Nacional. Los contingentes seguían llegando por 5 de Mayo y Madero, la retaguardia aún estaba en el cruce de Reforma y Juárez, Palacio Nacional los seguía esperando totalmente iluminado.
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